15.10.10

Repercusiones del Viaje a Chaco

Del 23 al 29 de agosto más de 160 estudiantes de profesorados, de la UBA, de Psicología Social y un grupo de artistas viajamos a Pampa del Indio, Chaco.
Allí realizamos una experiencia de vinculación de las disciplinas que estudiamos con las necesidades de nuestro pueblo y de confluencia y unidad popular.
El viaje estuvo impulsado por La Corriente-CEPA de la UBA y agrupaciones amigas como Desde las Aulas del Alicia, y organizado de manera colectiva por el conjunto de los que participamos. A su vez, fue fundamental la coordinación y el trabajo conjunto con la Unión Campesina y los compañeros de la CEPA de Chaco.
El objetivo que nos pusimos fue contribuir desde las carreras que estudiamos a la organización y la lucha de los pueblos originarios y campesinos pobres del Chaco. Para esto nos organizamos en distintas áreas de trabajo: Salud hizo relevamientos sanitarios casa por casa y cursos, Arquitectura relevamientos del hábitat y colaboró en la construcción de viviendas, Imagen y Sonido registró el viaje y avanzó en la realización de un documental, Cs. de la Comunicación colaboró con la Unión Campesina para la realización de una radio, y Cultura realizó encuentros con artistas de la zona y un festival, Humanidades hizo entrevistas con diferentes sectores, como parte de este área, los estudiantes de los profesorados indagamos la importancia que tiene para los habitantes la educación y la escolaridad de los hijos, las condiciones en que esta se realiza, charlamos con los docentes originarios y muchos pobladores y volvimos con mucho material escrito y audiovisual para seguir trabajando.
También realizamos charlas con dirigentes de las organizaciones como Mártires López y Daniel Benítez, con compañeros estudiantes de Chaco del equipo técnico de vivienda, con Pablo, el técnico de producción agraria, y participamos en el trabajo en obras de construcción de viviendas y en huertas.
Una realidad que da bronca
El viaje y la experiencia generaron profundos cuestionamientos entre todos los que participamos. Por un lado nos permitió vincularnos con uno de los sectores más oprimidos de nuestro pueblo y conocer la realidad de pobreza, hambre, discriminación y exclusión en la provincia más pobre de la Argentina, gobernada por el amigo de los K, Capitanich y donde reina el latifundio terrateniente de los amigos K como Eurnekian. En este sentido puso en evidencia el doble discurso del gobierno, que se dice “nacional y popular” y habla de la redistribución de la riqueza mientras con su política profundiza situaciones como ésta.
Durante los días de trabajo allá, hicimos algunos plenarios para intercambiar opiniones y sensaciones de lo que estábamos viviendo. Y fue muy conmovedor, porque es un choque muy fuerte conocer esa realidad que uno sabe que existe, pero no lo vemos, y a su vez es continuamente ocultada en la mayoría de los medios de comunicación. Que los pobladores originarios nos cuenten que ese día no habían comido, y no sabían si iban a poder hacerlo el día siguiente; que hay gente muy enferma, muchos por problemas fácilmente tratables si recibieran atención, que empeoran o mueren porque no les llegan medicamentos, que no tienen de donde sacar agua potable, y racionalizan extremadamente el agua para el aseo y otras cuestiones cotidianas. Esas cosas desencadenan sentimientos como los de algunos compañeros que decían: “hoy me sentí en un campo de concentración…”, por ejemplo.